Para mi no existe mayor placer en el mundo que cuando me recomiendan una serie buenísima y descubro que ya hay 6 temporadas emitidas enteritas.
Automáticamente se borran de mi mente las cenas, reuniones, e incluso ese local tan chulo que aún no conozco y tenía ganas de ir, y sólo puedo pensar en que llegue el fin de semana para ponerme un chándal cómodo y tirarme en el sofá a ver un capitulo tras otro.
Lo reconozco, soy carne de cañón. Un capítulo me pide otro y acabo a las 2 de la mañana, con cara de zombie, despeluchada, marcas de los cojines incrustadas en la cara y autoengañándome a mi misma con un "uno más y me voy para cama"... Cosa que sólo se cumple si el portátil se viene conmigo para ver otro capitulo a oscuras y con cascos. No puede ser más patético... Miento. Si que puede.
Puede llegar LA BODA, esa por la que llevas esperando cinco temporadas, esa por la que no despegarías tus ojos de la pantalla aunque el edificio estuviese ardiendo. Antes la vida que perder la señal wifi.
En ese momento si que una pierde su dignidad, porque a todo lo anterior (la cara, los pelos y las marcas en la cara) ahora hay que añadirle los ojos hinchados de llorar y la nariz roja de sonarse. Si la cosa se pone muy chunga, o uno de los dos podría morir, es probable que haya que añadirle a la ecuación un poco de hipo.
¿Triste? Tal vez... ¿Absurdo? Seguramente... Pero la que nunca lo haya vivido, no sabrá lo a gustito que se queda una después de una tarde de llorera romántica de domingo. Y para ti, que sé perfectamente que eres de las mías, te dejo mis 6 bodas preferidas del mundo de las series
¿Se me olvida alguna?
- Meredith y Derek
- Mónica y Chandler
- Chuck y Blair
- Howard y Bernadette
- Callie y Arizona
- Carrie y Big
(Si, lo sé, ni es una boda, ni es de serie, pero sería imperdonable no meterla en la lista)
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